Clasificación:
Orden: Siluriformes
Familia: Loricariidae
Género: Hypostomus
Especie: H. plecostomus
Distribución:
Originario del centro y el sur del continente americano: podemos encontrarlo en la cuenca amazónica (principalmente en el Orinoco), partiendo de Costa Rica hasta Uruguay, pasando por Panamá, Colombia, Venezuela, Ecuador, y Guyana.
Habitan a escasa profundidad, sobre fondos arenosos o de grava.
Forma:
Cuerpo alargado y absolutamente adaptado a la vida en el fondo, con el vientre muy plano y todo (salvo el vientre, la parte inferior de la cabeza y algunas zonas de las aletas caudal y dorsal) cubierto de placas óseas que sirven para protegerlo de los depredadores y que dan al animal la apariencia de pez con armadura. Por el contrario, carece de escamas.
Boca flanqueada por gruesos labios y un par de barbillones pequeños. Situada en posición muy adelantada y orientada hacia abajo, en forma de ventosa. Funciona como órgano suctor y con ella raspa sus alimentos preferidos: las algas. La cabeza es grande y crece con la edad, y los ojos son pequeños y están situados en los laterales.
Aletas muy desarrolladas; los primeros radios son rígidos y punzantes, por ellos debemos tener cuidado al manipular este pez si no queremos sufrir un disgusto. La aleta dorsal, grande y con forma de vela, presenta una espina o radio duro y otros siete radios blandos. Las aletas pectorales y pélvicas también presentan esa espina.
Coloración:
El patrón de coloración es muy variable y puede cambiar de un ejemplar a otro, e incluso por la edad. Suele ser habitual una base de color marrón claro cubierta de manchas negras, pero hay ejemplares que son prácticamente negros en su totalidad.
Tamaño:
En libertad puede alcanzar los 50 o incluso 60cms, pero en cautividad rara vez sobrepasara los 30-35cms, dependiendo mucho del tamaño de acuario que le suministremos.
Esperanza de vida:
En cautiverio pueden llegar a alcanzar los 15 años de vida.
Parámetros del agua:
PH: 6.0-8.0
GH: 4-15
Temperatura: 22-30°C.
Acuario:
Un acuario de entre 300 y 500 litros con suficiente espacio para nadar sería lo idóneo; nunca menos que eso. Grava preferentemente gruesa, y elementos para tamizar la luz, puesto que es un animal de hábitos fundamentalmente nocturnos.
Decoración y plantas pueden ser complementos importantes para que el pez se refugie durante el día –y también para que se generen algas–, pero no debemos olvidar que es un pez de movimientos rápidos y bruscos y que además alcanza un tamaño considerable. En ese sentido, las plantas deberán ser resistentes y estar bien enraizadas para que no la se las lleve por delante, y lo mismo sucede con la decoración. Imprescindible también la presencia de troncos suficientes para que pueda comer celulosa, absolutamente necesaria para su proceso digestivo.
Muchos Loricariidae son semi-gregarios y se encuentran en enormes colonias en la naturaleza durante el período de reproducción (temporada de lluvias). Téngase en cuenta que no estamos hablando de “gregario” en el sentido estricto que se aplicaría a los peces de cardumen, sino de la formación de grandes colonias cuyos individuos se toleran en espacios reducidos, siempre y cuando otro individuo no venga a robar su hueco.
Durante la estación seca, sin embargo, puede darse una reducción de hasta un 95% del caudal de agua de algunos ríos, lo cual deja al descubierto las madrigueras de las colonias de loricáridos
Alimentación:
Omnívoro.
En la naturaleza consumen principalmente algas y pequeños crustáceos.
En cautividad se le puede suministrar comida variada, desde preparados comerciales en forma de pastilla que contienen mayoritariamente algas, vitaminas y otros nutrientes, hasta vegetales varios como lechuga, espinaca, col, guisante, etc. hervidos previamente. Una forma óptima de suministrar estos vegetales es fijarlos a una piedra o similar para asegurarnos de que lleguen al fondo y se mantengan allí. El pleco hará varias batidas nocturnas por su territorio en busca de alimento.
En la etapa adulta precisan de proteínas que les podremos suministras a través de alimentos congelados o Tubifex, entre otros. Pueden consumir también restos de alimentos de otros peces que pudieran habitar en el acuario.
Por tanto, se puede decir que su alimentación se basa en dos elementos: las múltiples algas que se propagan por el acuario sobre plantas, troncos, decoración o cristales, y la comida de diferentes orígenes que llega al fondo del acuario (restos de comida de otros peces, pastillas específicas para peces de fondo, distintos vegetales que le podamos proporcionar e incluso peces muertos).
Al ser un pez de hábitos nocturnos, conviene alimentarlo al apagar la luz.
Un Plecostomus mal alimentado puede atacar a los peces del acuario en busca de alimentos. Los neones u otros peces de tamaño similar con los que conviva podrían ir desapareciendo sin dejar rastro; si sus compañeros de acuario son peces que tengan una gran superficie lateral, -como escalares o discos, por ejemplo- podría pasar lo mismo… si bien únicamente en el caso de que el Plecostomus esté mal alimentado.
La mayoría de Loricariidae puede llegar a cambiar su patrón de alimentación si existe una deficiencia de nutrientes. Poco se sabe al respecto, ¡pero pueden convertirse incluso en carnívoros! Cuando falta un componente esencial en la dieta de un Loricariidae, éste hará lo por buscarlo, incluso yendo contra natura. Puede incluso iniciar un comportamiento aberrante, ¡como ingerir sustrato!
Además de la celulosa, los loricáridos requieren también ciertos minerales, que buscarán en el sustrato si no están presentes de manera regular en su alimentación.
Hasta cierto punto, es normal que los loricáridos coman algo de arcilla, puesto que es rica en sales minerales. De hecho, que estos peces se encuentren en ciertos lugares precisos en el Río Xingú formando grandes colonias responde a dos motivos:
1) El suelo arcilloso es fácil de cavar para hacer una madriguera.
2) El suelo arcilloso es rico en minerales y propicio para la alimentación y el crecimiento de los alevines.
Obviamente, la naturaleza es sabia.
Lo que sería absolutamente anormal y aberrante es que nuestro loricárido cagara una gran cantidad de sustrato (manado, arena, etc.). Es más, tragar demasiada cantidad de sustrato dañará su pared intestinal y provocará un comienzo de hemorragia.
Comportamiento:
Pacífico y apto para acuario comunitario, evitando peces de su misma especie con los que podría mostrarse agresivo por competitividad territorial. No obstante, esta creencia tenemos que dejarla, cuando menos, en cuarentena, viendo su funcionamiento en colonias del que hemos hablado con anterioridad.
Pasan la mayor parte del día descansando en el fondo o refugiados entre los recovecos que dejan las piedras, pero por la noche se activan y requieren de suficiente espacio para nadar, y estarán en constante movimiento buscando algas y restos de comida por todo el acuario. Sus hábitos nocturnos pueden llegar a perturbar a otros peces. Los alevines se muestran mucho más activos, incluso con las luces encendidas.