Clasificación:
Orden: Cichliformes
Familia: Cichlidae
Género: Julidochromis
Especie: J. Marlieri
Su nombre hace honor al ictiólogo belga que describió el género: Sr. G. Marlier.
Distribución:
Endémico del Lago Tanganyika, lo encontramos fundamentalmente en la zona noroeste del lago, en localidades como Magara, Halembe, Kala, Katili, Isanga, Cabo Tembwe, Samazi, Kambwimba y Katoto.
Habita en zonas completamente rocosas, a una profundidad que puede oscilar entre los 5 y los 30 o 35 metros.
Forma:
Forma alargada, cilíndrica y un tanto arqueada (lo que hace que sean muy hábiles a la hora de acceder a pequeñas grietas entre las rocas). Sus ojos son pequeños y la forma de su boca, pequeña y de labios gruesos, acorde a sus hábitos alimenticios. La aleta dorsal recorre toda la parte superior del pez. La aleta caudal tiene forma de abanico.
Al llegar a la edad adulta es apreciable una pequeña protuberancia en su cabeza.
Coloración:
Sobre una base de color amarillo parduzco o beige, presentan unas manchas oscuras en forma de tablero de ajedrez.
No obstante, la coloración depende de la variedad geográfica, y bien podría decirse que los ejemplares más oscuros provienen de aguas más profundas. En particular, las poblaciones que proceden de Samazi y Halembe tienen el cuerpo negro y las aletas de color naranja.
Las aletas suelen ser negras con manchas amarillas, con los bordes de un color blanco o amarillo más vivo que el del resto del cuerpo.
Tanto la aleta caudal como la dorsal tienen pequeños puntos de color blanco amarillento sobre un fondo de color marrón oscuro manchado; teniendo la primera, además, una línea de color blanco-azulado en el borde.
Tamaño:
Al contrario de lo que suele ser habitual en los cíclidos del lago Tanganyika, en esta especie la hembra es más grande, alcanzando los 13cms (ocasionalmente incluso 15cms), frente a los 10cms de longitud máxima de los machos. Parece ser que esta circunstancia no es casual. De hecho, la observación de esta especie sugiere que pueda ser una especie poliándrica, puesto que se ha llegado a observar a hembras especialmente grandes que abarcaban dos territorios estables, con un macho residente en cada uno de ellos cuidando de un grupo de alevines, de forma que la hembra visita a cada uno de sus machos entre dos y cuatro veces por hora, aun estando éstos separados por varios metros de distancia.
La poliandria es un raro acuerdo entre animales en el que una hembra tiene más de un compañero, y es éste el que se dedica preferentemente a los cuidados de la descendencia.
Dimorfismo sexual:
La diferencia más apreciable, aunque no es siempre sinónimo de éxito en el sexado, es el tamaño.
En ejemplares juveniles es muy complicado apreciar factores externos indicativos de su sexo: Sin embargo, cuando los machos adquieren la madurez sexual (a los 7cms aproximadamente), desarrollan una papila genital corta y puntiaguda y dispuesta hacia la aleta caudal, mientras que la de la hembra es más larga y plana y está orientada hacia la cabeza. Por lo tanto, sacar al pez del agua y observar su papila genital nos puede ayudar a determinar su sexo.
Esperanza de vida:
Entre 5 y 7 años.
Parámetros del agua:
PH: 7.5-9.0
GH: 10-25
Temperatura: 23-26ºC
Como la mayoría de las especies del lago Tanganyika, requieren de agua dura, alcalina y muy bien oxigenada, y son especialmente sensibles a los cambios bruscos en la composición del agua.
Acuario:
No menos de 120 litros para mantener una pareja ya establecida, o bien acuarios más grandes si lo que deseamos es que la pareja se defina.
Como es habitual para los peces de este biotopo, deberemos basar la decoración en las rocas, creando multitud de cuevas, huecos y escondites. Podemos añadir algunas plantas de porte fuerte, si así lo deseamos.
La filtración habrá de ser potente y los cambios de agua periódicos, evitando variaciones bruscas en las condiciones del agua.
No debemos mezclar diferentes especies de Julidochromis para evitar que hibriden.
Alimentación:
Omnívoro.
En libertad se alimenta de pequeños invertebrados que encuentra entre las rosas o en el fondo arenoso del lago (como pequeños camarones, caracoles, esponjas…) y de algas. Su boca no es muy grande, pero posee unos labios de tamaño considerable, probablemente para raspar pequeñas algas que crecen en las rocas.
En el acuario aceptan alimento en escamas, Tubifex, alimento congelado (larva roja y Artemia) y alimento vivo (aunque si los trozos son demasiado grandes es posible que no les hagan caso). Es importante darles hojas de lechuga o espinaca ocasionalmente para complementar su menú con ese aporte vegetal que les es indispensable.
Comportamiento:
Es una especie territorial que vive en parejas que duran toda la vida, aunque actualmente está en estudio su posible poliandria -mencionada ya en el apartado tamaño-. Esta territorialidad se acentúa en época de cría, sobre todo con ejemplares de su misma especie. De hecho, se los puede considerar relativamente pacíficos mientras nadie se meta en su territorio (especialmente cuando están defendiendo a sus crías).
Para minimizar los efectos de esta territorialidad, debemos jugar con la decoración del acuario, el tamaño de éste y los compañeros que le elijamos.
Respecto a la decoración, como se ha dicho ya, debe estar basada en múltiples formaciones rocosas que creen distinto huecos o cuevas que sirven de escondite o para establecer los distintos territorios. No olvidemos que estamos hablando un pez muy inteligente al que veremos moverse paralelamente a las rocas, casi rozándolas, pudiendo incluso desplazar a compañeros de acuario de sus territorios.
Respecto al espacio, ofrecerle espacio suficiente y crear un hábitat adecuado teniendo en cuenta sus requisitos lo convertirá en un cíclido ideal para ocupar la zona rocosa del acuario. Las diferentes parejas establecidas, si las hubiere, defenderán sus respectivos territorios.
Finalmente, su convivencia con otros peces del lago Tanganyika suele ser buena, siempre que éstos no sean mucho más pequeños que él mismo ni frontosas muy grandes. Los Neolamprologus se citan como una de las mejores opciones (N. brichardi o N. leleupi, entre otros).
Se dice que ante un cambio de acuario o de la decoración del mismo pueden llegar a estresarse hasta el punto de que el más fuerte acabe matando al otro, pero también he leído de gente que lo ha hecho sin tener problema ninguno.